Películas románticas de Navidad y tips de diseño y usabilidad web

Nunca me habían gustado las películas románticas navideñas. Ni las románticas a secas. Esa es la verdad.

Pero hace un par de años, durante las fiestas, visitando a unos familiares se cruzó en mi camino el canal Divinity.

Supongo que por aburrimiento, o simplemente tratando de evadirme de las típicas conversaciones sobre política y lo mal que va el mundo, me puse a ver una película que justo empezaba.

No recuerdo el título. Pero sí el argumento.

Era algo así…

Chica a punto de casarse rompe su relación justo antes de Navidad. Sin plan alternativo, decide visitar el pueblo donde se crió para cambiar de aires y pasar las fiestas con su familia.

Allí se reencuentra con sus amigos de la infancia, entre los que hay un chico (ya no tan chico) que llama su atención.

Pero el chico tiene algo totalmente distinto a lo que está acostumbrada.

Es sencillo, divertido, algo tosco, trabaja en el negocio familiar, le gusta ayudar a los demás y conoce un lugar en las montañas desde el que se ven las mejores puestas de sol del mundo. Y, además, es guapo.

Te acabo de contar los primeros 30 minutos de película. Déjame hacerte una pregunta, ¿a que te haces una idea de cómo van a ser los siguientes?

Incluso podrías arriesgarte a predecir cuál va a ser el final.

Lo que pasa con el argumento de esta película es que, a pesar de presentar ciertas diferencias con otras del mismo género, nos resulta familiar. Y aún así, nos mantiene enganchados hasta el final.

Vale. Pues precisamente eso es lo que quiero sugerirte que hagas con tu web.

Que el diseño y los textos sean, en cierto modo, predecibles, y que a la persona que visite la web le resulte fácil saber qué va después y qué debe hacer para llegar hasta el final de tu historia.

Hay una excepción: que tu historia sea única, original y que no exista nada parecido a lo que ofreces. Si es así, el límite es el cielo. Pero películas así, hay pocas.

Vamos a ver algunos truquillos, tips o consejos, como prefieras llamarlo, que te ayuden a facilitarle las cosas a las personas que visiten tu sitio web, como si estuvieran viendo una película romántica navideña.

Propuesta de valor desde el principio de la película

Esa primera escena, en la que la protagonista va con su café por la calle camino a su trabajo y recibe una llamada de su prometido rompiendo su relación justo una semana antes de Navidad, ya nos da pistas del tipo de película que vamos a ver.

Cuando alguien entre en tu web, el diseño y el texto de la cabecera deberían dejarle claro de qué va, qué va a encontrar y si vale la pena seguir leyendo o no.

Puede que, como me pasaba a mí, las películas navideñas no sean lo suyo. Pero gracias a esa escena inicial, no tardará 30 minutos en darse cuenta.

Así que, primera recomendación, utiliza la sección inicial de tu web para dejar claro qué haces y por qué tus visitas deberían seguir leyendo.

Llamadas a la acción claras y visibles

Las llamadas a la acción en una web (en forma de botón o no) nos llevan a hacer cosas. Por eso se llaman llamadas a la acción (muy bien David).

Son puntos de inflexión en la conversación. Como ese encuentro casual entre la chica y su amigo de la infancia, que hace que la película vaya en la dirección que tiene que ir.

En una página de Incio, las llamadas a la acción deberían llevar al usuario hacia las secciones más importantes de la web.

En cambio, en la página en la que explicas tu servicio principal, debería haber menos llamadas a la acción y, a ser posible, dirigidas a conseguir un objetivo concreto.

Por ejemplo que contacten contigo, que pidan un presupuesto o que descarguen una guía y se apunten a tu newsletter.

A nivel de diseño, se habla mucho de los colores de los botones. Personalmente, huyo del rojo. Me parece que es un color que no transmite nada positivo.

Pero aquí lo importante no es el color. Lo realmente importante es que esos botones destaquen de forma clara sobre el fondo de la web.

Prueba a hacer esto.

Abre tu web en un navegador y aleja el zoom todo lo que puedas, hasta que no puedas leer la letra. Ahora, intenta distinguir los botones o llamadas a la acción entre el resto de elementos de la web.

¿Es fácil? ¿Te cuesta? ¿Quizá resaltaría más en otra posición o en otro color?

Hay cosas que tienen su lugar. No siempre hay que ser más original que los demás.

¿Qué pasaría si la protagonista de nuestra película besara al chico del pueblo demasiado pronto?

Probablemente nos parecería raro.

Diferente sí, pero no sucede cuando se supone que debería suceder. Algo no encaja.

Si te preguntara dónde buscar el «Trabaja con nosotros» de una empresa, ¿que contestarías? En la mayoría de los casos se encuentra en la parte inferior de la página, ¿no?

O el menú… Suele estar en la parte superior y, en un móvil, suele estar representado por unas rayitas horizontales ¿verdad?

Hay cosas en una web que esperamos encontrarlas de una forma determinada en un lugar concreto.

A la hora de diseñar, ten cuidado con ser demasiado original. Dependiendo de las habilidades de tus usuarios, podrías estar alejándolos del objetivo real.

Secciones imprescindibles

Una escena que no puede faltar en este tipo de películas, es la de la chica llegando al pueblo sobre unos tacones imposibles, arrastrando una maleta con ruedas, que no rueda.

Esa escena es clave: nos presenta a la protagonista en su nuevo contexto.

En una web, hay «escenas» o secciones que no deberían faltar o, al menos, que la mayoría de tus visitas esperan encontrar.

Es el caso del Sobre mí o Sobre nosotros, de la sección de contacto o de esa página en la que explicas de forma detallada en qué consiste tu servicio.

La ley de los 3 clics

Una de las razones por las que este tipo de películas suele funcionar, es que son muy fáciles de consumir. No nos exigen demasiado.

Podríamos dejar de verla durante 20 minutos, volver a sentarnos y seguir como si no hubiera pasado nada.

Una web debería ser igual de fácil de utilizar, sobre todo para usuarios con pocos conocimientos digitales, o con pocas ganas de invertir tiempo en buscar lo que quieren encontrar.

Algo que puedes hacer para facilitarles el trabajo, es asegurarte de que los contenidos más importantes de tu sitio web estén, como máximo, a 3 clics desde la página de Inicio.

Sé que te gustaría que visitaran todas las páginas. Pero lo cierto es que, muchas de las visitas que llegan a tu web, lo hacen buscando algo concreto.

Cuanto más lejos esté del principio, menos probabilidades tienes de que lo encuentren.

Conclusión

Diseño, usabilidad y copywriting, son solo herramientas que te permiten llevar a tus visitas del punto A al punto B.

El punto A es esa página por la que llegan a ti, y el punto B puede ser el formulario de contacto, una solicitud de presupuesto o la suscripción a tu newsletter.

Es, por continuar con el ejemplo de este artículo, el desenlace de la película, cuando la protagonista decide si se queda en el pueblo porque es lo que le hace feliz, o vuelve a su vida de siempre.

Y tú, ¿tienes claro cómo sería tu película romántica navideña?

Hasta la próxima semana.

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